Esta es la famosa madre de Stifler. La MILF original. O al menos por la que muchos conocimos el término. Y no vean qué grimaca da la jodida. Primero, hay que delimitar el alcance del concepto MILF, MQMF en su variante española, gracias al traductor de "American Pie". MQMF es una traducción, para mi gusto, bastante cercana y acertada, pero MILF, el original, es un término mucho más extenso, más PALABRA, por así decirlo.
Cuando decimos MILF, nos referimos, literalmente, a madres a las que nos follaríamos. Dicho así, sin más, podríamos estar hablando de chicas de 20 años que se han quedado preñadas de sus novios malotes y no han querido abortar porque su moral se lo impide. Que, ojo, sí, nos las follábamos, pero el término no está hecho para ellas. Sino, más bien, para esas mujeres que ya alcanzan cierta edad -de 35 a 50, apróximadamente-, sean realmente madres o no. También existe el término "Cougar", que, básicamente, son MILF’s que directamente tienen mucho gusto por los hombres jóvenes y van a por ellos.
Ejemplos de MILF ilustres serían:
Pilar Rubio, 36 años y reciente mamá.
Courtney Cox, 49 años y madre de una hija de 10.
Jennifer Connelly, 43 años y madre de tres hijos.
Heidi Klum, 40 años y madre de tres hijos.
Una vez explicado lo que es una MILF y lo que no, vayamos más allá opinando un poco sobre el tema. Las MILF están sobrevaloradas, y el temita está muy idealizado. Así lo digo. No me malinterpreten, yo me dejaba la vida en la cama junto a las señoras anteriormente nombradas, y junto a alguna más. Pero el tema en sí es algo que hemos elevado a los cielos y se nos ha ido definitivamente de las manos.
Claro está que cuando tenemos 16-17-18 años tendemos a fantasear con mujeres mayores. Profesoras, madres de amigos, mujeres que simplemente vemos por la calle, ricachonas neumáticas y, los más depravados, hasta familiares. Allá cada cual con su locura masturbatoria. Pero cuando cumples una edad y sigues idealizando sexualmente a las mujeres mayores, sus tetas caídas, la celulitis en la que puedes comer cereales con leche como si fuera un bol y, sobre todo, su supuesta experiencia y ganas -insisto, supuesta-, tienes definitivamente un problema.
Ojo, todos mis respetos a las tetas caídas. Todos, repito, todos, mujeres y también hombres, tendemos a las tetas caídas y a la celulitis. Pero, demonios, no creo que sea algo para elevar a los altares. Tan solo hace falta darse un paseo por ciertos foros de Internet, ese gran invento, para darse cuenta de cómo muchachitos de 25 siguen bebiendo los vientos por señoras que van a recoger a sus niños al instituto, con sus trajes veraniegos de andar por casa, dejando ver un poco de pechuga ya lejos de estar firme, y marcando un poco de barriguita. Y cuidao, que es probable que prefieran follarse eso que a Úrsula Corberó.
Jennifer Connelly es una MILF, maldita sea; lo otro no. Pero es que Jennifer lo es porque está buena de cojones, lo de la edad es aparte. Seamos serios, su edad no le aporta morbo. Pensémoslo. Tiremos el mito abajo. Si cuando tienes 17 años te puedes follar a una mujer de 45 de buen ver, chaval, eres un crack y tienes toda mi admiración y respeto. Pero paremos el temita ya antes de que sea demasiado tarde. Llamadme loco, pero yo preferiría follarme a Scarlett Johansson que a mi vecina de enfrente.
Es algo de lógica que la edad te da experiencia en todo, y puede que en el sexo también. Pero ya me dirán qué experiencia sexual puede tener una señora que se ha limitado a cumplir con su marido y, en el mejor de los casos, lleva un año sin hacerlo. Muchas muchachitas de 20 podrían darles unas cuantas clases magistrales sobre sexo. A las que me encantaría asistir, por cierto.
Por tanto, MILF’s SÍ. Pero solo si lo son de verdad. Si son mujeres de cierta edad con atractivo y morbo. Pero NO, a la MILF por la MILF. NO, a los jóvenes soñando y pelándosela por vecinas, madres de niños de instituto que, en sus cabezas de pajilleros absurdos, son unas leonas hambrientas de sexo con jovencitos.
Fuera, ¡YA!
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