lunes, 27 de enero de 2014

¿Culo o tetas?

Por Snow Fey, la boller


Desde nuestra más tierna infancia la sociedad nos presiona para que hagamos elecciones de lo más comprometidas.  “¿A quién quieres más, a papá o a mamá?”, “¿Te gusta más el Colacao o el Nesquik?”, “¿Cuál es tu Power Ranger favorito?, “¿prefieres la Bravo o la Superpop?” (La Vale era de guarrillas). Así que cuando llegas a cierta edad piensas con alivio que por fin ha acabado la pesadilla, ya no tienes que elegir. Ahora eres una persona madura que se pregunta cosas más importantes, como el sentido de la vida. Hasta que un día indefinido, más temprano que tarde, estás tan tranquila disfrutando con tus amigos de una actividad de ocio cualquiera, y te hacen La Pregunta: “¿Y tú eres más de culos o de tetas?” Y en ese momento, todas las otras elecciones que has tenido que hacer a lo largo de tu vida palidecen, porque, ¿cómo puede haber alguien tan cruel como para hacerte elegir entre dos cosas tan maravillosa? ¡¿Cómo?!

Lo cierto es que cuando era una jovenzuela tenía clarísimo que lo mío eran las tetas. ¿Cómo iba a ser de otra manera? Pechos pequeños, grandes, daba igual. Las tetas eran maravillosas, y además saltaban más a la vista, ¿por qué me iba a fijar en los culos? Y es que la adolescencia se caracteriza por ser esa época en la que todo es blanco o negro, o en este caso, teta o culo. Yo hice mi elección, y la defendí con la pasión propia de esa etapa de la vida. Era una tetaliber.


Sin embargo, a todos nos toca madurar. Es duro, pero es así. Y, a medida que pasaban los años y veía más mujeres desnudas sin una pantalla por delante, me resultaba más difícil responder a la pregunta. No es lo mismo ver un culo en una pantalla, que disfrutarlo retozando en la cama con otra joven lozana, y poco a poco aprendí a apreciar los culos tanto como las tetas. Pero la maldita pregunta seguía acechándome tras cualquier conversación inocente.

Hasta que un día dije con mucha teatralidad: “¡Hasta aquí hemos llegado!”. Y rompí las cadenas de la tiranía de La Pregunta. Ya estaba bien. Esa pregunta sólo es justa si eres negro, que ya se sabe que a los negros le gustan los culos grandes y no pueden negarlo. Si Yahvé, Cthulhu, el Monstruo de Espagueti volador, o la divinidad que sea hubiera querido que eligiéramos, no habría creado tumblr. Abres esa maravillosa web, y te asaltan imágenes de senos turgentes y nalgas maravillosas, y sientes un agradable calor en tu alma y en tu entrepierna, y ahí, en ese momento, eres feliz.


Es por eso por lo que  a Cher pongo por testigo, mientras levanto el puño en alto, que jamás volveré a elegir entre culos y tetas. Hasta luego, me voy a tumblr.

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