lunes, 24 de marzo de 2014

Parejas y porno

Por Flanny, el maricón



Yo la verdad es que la pregunta de esta semana no la entiendo. Mira que llevo tiempo dándole vueltas pero, quizá porque soy un salido o quizá porque me parece lo más normal del mundo. Pero ¿cómo va a ser el porno incompatible en una pareja?   El porno es lo más maravilloso del mundo. Yo veo porno. Es más, me descargo porno. 

Sí, sí. Todo muy 1998, pero hay algunas escenas que las quiero guardar para revisionarlas en el futuro, aunque sea como recordatorio de mi juventud pajera. Y por Lukas Ridgestone, también, que es el amor de mi vida. Pero vaya, el porno debe formar parte de una vida en pareja. No sólo porque a tu pareja le puede doler la cabeza (o tener diarrea, la regla de los homosexuales) y tú estar más salido que un manatí. Es que, además, viendo porno aprendes.  


Yo no nací enseñado. Y hablar de sexo en mi casa era complicado. Así que hablar de sexo gay, imaginad. Y, la verdad, gracias al porno, he aprendido ciertas cosas que mis conquistas han apreciado bastante en la cama. De hecho, llevo días estudiando Sean Cody para mi próxima noche de sexo desenfrenado. Que alguna vez caerá, digo yo.  

Mientras no nos pongamos a comparar -porque las comparaciones con actores porno son SIEMPRE odiosas-, todo porno es bueno. Ver en compañía suele acabar en polvazo. Ver solito suele acabar en orgasmo. ¿Qué tiene de malo?  

 No sé. Quizá será porque siempre he disfrutado del porno, teniendo pareja o no. O que mis parejas han sido igual de guarras que yo. O cosas de familia (aquí sí que no voy a hacer más comentario, que os lo cuente @camelbert). No lo sé.   

Para mí el porno forma parte de la intimidad de cada uno y, con los beneficios de una buena paja que se han demostrado médicamente, no comprendo cómo hay gente que aún lo desprecia. Igual que hablar de sexo con tus amigos es sano, divertido y siempre aprendes, con el porno se reciben clases magistrales, pero de profesionales. Si cuando tienes una tubería atascada confías en el fontanero, ¿por qué cuando quieres saber cómo se hace una postura de esas imposibles del Kamasutra no confías en los profesionales?  


Quizá, si tengo que ponerle alguna pega, sean los tamaños. O las mentiras de los actores que dicen "no, es la primera vez que me van a follar" y luego se meten un rabo de 25 centímetros por el culo como quien se mete un supositorio. Pero bueno, ahí tenemos a Jennifer Aniston haciéndonos creer que es una mocita inocente y diciendo que actúa y no nos quejamos. Mucho.  

Por supuesto que puede haber problemas: si tu novio prefiere pelársela como un mico antes que pegarte un polvo que te deje los ojos del revés, algún problema hay. Pero oye, lo habláis, os comunicáis y ¡a follar como mandriles!  Yo voto por el porno. Aquí os dejo una captura de mi escritorio en este momento. Y en cuanto acabe de escribir este texto, me voy a dar un homenaje. Porque yo, como House, M.D., no me masturbo, "me hago el amor". 


Sólo una cosita, antes de terminar: ¿por qué las comparaciones con follar abundantemente siempre salen con razas de monos? ¿Tanto nos han impresionado los cabrones en el zoo?  

Qué puta envidia más mala les tengo...

2 comentarios:

  1. No sé si lo vio, pero anoche leyeron un tweet suyo en "En el aire". Y sí, me hizo mucha gracia.

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