lunes, 21 de abril de 2014

La Amistad

Por Aday, heterocerdo


Como todas las semanas, recibo en mi correo un encargo. Tengo que matar a... ah, no, no, eso no es aquí. Tengo que escribir sobre la amistad, me dicen. Aún recuerdo cuando en el colegio el profesor estaba hasta los huevos de nosotros y nos decía: hoy, redacción libre. Que era su manera de decir: paso de vosotros, hoy no quiero trabajar, escribid lo que os salga de los cojones. No estoy diciendo que la jefa nos haya transmitido ese mensaje esta semana. El paralelismo va porque, como cuando el profesor vago de turno me decía eso, he quedado bloqueado al recibir un tema tan general. Ahora es cuando echo de menos escribir sobre cerdadas.


Pero como, entre otras cosas, soy un poco Abed Nadir, el mundo audiovisual siempre me puede salvar el culo. La amistad es tan, tan, pero tan importante, que últimamente en la nueva comedia americana está sustituyendo al clásico chico conoce chica. En "Girls", sin ir más lejos, Hannah se da un baño en un momento complicado mientras canta "Wonderwall". Jessa, por su parte, en otro momento difícil, llega y ve la escena.
Hannah se avergüenza pero Jessa, lejos de reírse de ella, se desnuda y se mete también en la bañera. Una escena maravillosa que representa como pocas veces he visto la amistad. El wonderwall. Yo, seguramente, hubiese cantado una de Adele, pero también hubiera dejado que un amigo se metiera en la bañera en ese momento. Rolling in the deep. Y recordad que yo soy el heterocerdo.


En "Superbad" -lo siento, pero mi religión me impide escribir "Supersal..."-, Michael Cera y Jonah Hill hacen una pareja pluscuamperfecta. Porque todos hemos pensado alguna vez, y muy probablemente lo hayamos hablado entre amigos, eso de "si fulanito/a tuviera chocho/rabo...". Y esa es la esencia de esta película. Es una comedia que busca la gracia, por forzada que sea, cada dos segundos, no me engaño. Pero tras esa máscara de "comedia gamberra" -cómo odio esa puta expresión- hay un guión muy consciente del tema de la amistad, de la relación entre los personajes de Cera y Hill más allá de los chistes que hagan y las vueltas
que den para buscar alcohol y follarse a Emma Stone. De hecho, todo esto deriva en uno de los finales más desconcertantes y, a la vez, más gays que recuerdo. Tanto en las pantallas como en el mundo de a pie, los amigos han de ser un wonderwall, comerse marrones, ayudar a ligar, incluso a desligar si es preciso. Y, sobre todo, no tomarse la amistad a la ligera.

Me refiero a eso de "te quiero, pero solo como amigo". O "solo somos amigos". Vamos a ver, hijos de la grandísima puta. Con la amistad no hay "peros" ni "solos". La lealtad que viene ligada a la amistad es un valor que jamás puede ser banalizado de esa manera. Por tanto, camaradas, si alguien con quien queréis encamaros, os suelta ese tipiquismo de "SOLO vamos a ser amigos", definitivamente, no solo no vas a follártelo, sino, además, sería muy mal amigo. Retiradle la palabra inmediatamente.

Esto es importante sobre todo para los chicos heterosexuales como yo. Veamos. Es muy posible que, a lo largo de nuestras vidas, tengamos más de una y más de dos amigas heterosexuales libres de compromiso. Puede que, en principio, no tengamos la clara intención de follarla. No lo pondré en duda. Pero, ¿queremos? La respuesta es invariablemente SÍ. Pensemos con claridad y sin barreras. Y si te empeñas en decir que no, que venga ella y te lo pida, para que veas cómo cambias de opinión. "Bueno, pero es que la chica es... simpática". Está bien, mensaje captado. Capta tú ahora este: si la chica viene con toda su simpatía y se te pone tontorrona, inmediatamente pensarás "joder, le gusto", y entonces te pondrás cachondo y te la follarás.

Así, resumiendo. Lo que no hay que dejar nunca de tener en cuenta es que la amistad está por encima de todo. De segundas intenciones, de pensamientos obscenos y de confesiones jugando a "verdad o reto", aunque ya estés más cerca de los 30 que de los 20. También de alejamientos momentáneos cuando vuestras vidas cambian y empiezan a ir por vías distintas, de la distancia y de cuestiones momentáneas. Porque, pase lo que pase, un amigo siempre estará ahí para apoyarte en tus locuras y ayudarte a esconder los cadáveres que vayas dejando por el camino.


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