viernes, 25 de abril de 2014

Vaginas

Por Aday, heterocerdo


Coños peludos como en el porno setentero. Coños sin pelo como de muñequita. Coños con pista de aterrizaje. Coños con césped en el que le gustaría jugar a Xavi Hernández. Coños rosaditos. Coños rojo rubí. Coños negros. Coños limpios. Coños marca Pescanova. Coños estrechitos como una adolescente en una serie hentai. Coños como la M-30. Coños. Chochos. Punanis. Parrusquitas. Chichis. Whoppers. Sonrisas verticales. Cortinitas de carne. La boca de metro del cuerpo humano. Del coño venimos, y al coño queremos volver constantemente.


Son calentitos, húmedos y acogedores. Impagable ese escalofrío que sientes en la primera metida a pelo en un chochito bien preparado, como un horno precalentado antes de introducir una pizza casera. No se queda atrás la sensación al meter los dedos y sentir al tacto todo su calor, y el sacarlos empapados de sus flujos, así como separarlos y ver entre medias los hilillos de los mismos.

No nos engañemos, el sabor no es precisamente celestial. Pero, qué demonios, a quién no le gusta saborear un buen coñito limpio. Lamer y succionar los labios, jugar con la lengua en la entrada, rodear suavemente el clítoris hasta acabar dándole al mismo, aumentando progresivamente el ritmo. Porque se trata de que ella disfrute, claro, pero también de que goces tú también el whopper. Que nunca se sabe cuándo es el último.


Georgia O’Keeffe pintaba claramente coños en forma de flor. Rocío Jurado cantaba con el coño. Sylvia Plath estaba loca del coño. El coño de Russian Red es rosita, huele a ambientador de cerezas y solo los puros de corazón conocen a qué sabe. El coño de Bebe es marrón caca y huele a kilómetros de distancia. El coño de Ana Rosa Quintana apesta a ácido úrico y mejor no imaginemos su aspecto. Mario Vaquerizo tiene un precioso coño moreno. El coño de Julieta Venegas tiene el pelo del pubis en forma de uniceja y el de los labios largo y colorido como un poncho. El coño de Esperanza Aguirre es duro como una roca. El de Paz Padilla puede hablar, pero lo hace demasiado y muy mal. El coño de Jennifer Lawrence se ríe de forma estridente. Ellen DeGeneres tiene coño y le encanta tenerlo, pero no más que el resto de los coños. El coño de Miley Cyrus está cansado. El coño de Lady Gaga es verde. El de Beyonce canta "who run the world? Pussies!". Y Blanca Portillo tiene rabo.


Vamos, que de coños se puede escribir hasta un libro. O, como mínimo, un par de artículos para Espectáculo de Varietés.

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